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Foto del escritorArtur Sala

La crisis del COVID-19, un paso más de la Edad Oscura del alma (VI). La Filosofía Perenne.

Queridos lectores y seguidores de Magna Ciencia.


En este intento de explicar el contexto histórico que dio lugar a la búsqueda de una Tradición Primordial No Dual Inicial, he tenido que resumir los aspectos más esenciales de la Ciencia Sagrada de manera un tanto sincrética.


No es mi propósito realizar un estudio de lo que es la Tradición No Dual, si no dar una respuesta a como podemos encarar la crisis actual desde esta perspectiva. Si este punto de vista se hubiera dado, no estaría escribiendo estas entradas dedicando un tiempo que considero importante.


Y no es el caso.


Mi principal motivación es dar una explicación que vaya todo lo más allá posible de una mera interpretación personal de los complejos hechos que estamos atravesando.


La crisis mundial del COVID tiene un pleno y aplastante sentido que, aunque parezca duro y en ocasiones cruel, es tan lógico como necesario para transitar hacia una nueva edad de Oro que no va a resultar fácil de alcanzar. Pero para poder entenderlo, tenemos que llegar al origen de la Tradición Primordial No dual.


Como introduje anteriormente, a la Tradición Primordial también se la ha llamado también Filosofía Perenne, término que no hay que confundir con un libro del mismo nombre de Aldous Huxley.


Es ahora un buen momento de ver y entender porqué.

(Interesante explicación de la Filosofía Perenne).


Las grandes preguntas sin respuesta.


Oficialmente el término de Filosofía Perenne fue acuñado por primera vez por Gottfried Leibniz, aunque en realidad, se debería de decir que ni nunca hubo un primer momento, ni tendría sentido que así lo fuera.


La Filosofía Perenne aborda las cuestiones existenciales más importantes que todo ser humano se formula, viva en el contexto que este viva (social, histórico y temporal), que siempre se ha planteado, y que siempre se va a seguir planteando.


Estas preguntas son:

  • Quien soy yo.

  • Qué hago aquí.

  • Cual es el sentido de la (y mi) vida.

Desde este punto de vista, la Filosofía Perenne, y por tanto la Tradición Primordial no Dual como veremos, existe desde que el hombre existe, y ha tratado de aportar conocimiento ante un humano que puesto en la Tierra ignora Todo en este Kali Yuga. ¿ Puede por tanto haber algo que pueda dar una mejor respuesta a esta crisis que estamos pasando?

El juramento de los Horacios, de Jacques-Louis David, 1784.

Storge, Phileos, Eros y Ágape. Los cuatro niveles del amor.


Estas cuestiones forman parte de nuestro quehacer diario, en un período que muy pocos recordamos ya: nuestra niñez.


Los antiguos griegos llamaban a ese candor Storge. Este estado de Storge se podría definir como un amor puro hacia todo, más en una forma sin desarrollar. Una vez llegamos a una edad cercana a los 7 años, que coincide con el inicio del desarrollo del segundo neocórtex, este amor inicial Storge se desdobla en otros dos: phileos, que sería el amor por aquello que nos atrae y que conocemos (de allí el vocablo afiliación), y Eros, que vendría a representar el amor por lo que nos causa curiosidad y que nos resulta desconocido (de allí el vocablo erótico). De esta forma se entiende que Pitágoras esgrimiera la frase de que hay niños que saben más que yo, al reconocerse en la gran sabiduría que este estado de Storge nos evocaba. Las analogías con el eje padre/madre o conocimiento/intuición detalladas anteriormente en los tattvas y las sefirot son más que evidentes.

Representación de la Diosa Eros en el Museo del Louvre.

Una vez llegado a este estado dual de la mente la filosofía griega afirmaba que este debía de ser, vamos a llamarlo por ahora, trascendido, para llegar producto de ello a un amor incondicional que unificara y reconociera a esta dualidad, al que denominaron Ágape, un estado de pureza que contiene y engloba la dualidad (1 + 2= 3), y que trasciende y disuelve dicho dualismo de nuevo en la unidad.


Desde el punto de vista del Simbolismo Sagrado, el eje Storge-Ágape vendría representado en la figura de Cristo que, en su prístino e inmaculado nacimiento y concepción, simboliza el retorno existencial a la Edad de Oro, y que podemos ver representado en todas las Tradiciones del Mundo en idéntica manera. Tanto Horus en Egipto, Mitra en Roma, Hermes Dionisio y Herácles en Grecia, Krishna en la India o el propio Buda, todas representan este hecho al atribuirles "su nacimiento" tres días después del Solsticio de Invierno, cuando la Luz, representada por el Sol, vence a la oscuridad.


El hecho de que deba de ser el tercer día y no otro está íntimamente relacionado con el simbolismo de la Tríada, el cual, lo está a su vez con la Filosofía Perenne como veremos. La interpretación padre-hijo-espíritu santo sería la versión exotérica prestada de la religión, algo que ha hecho que se reste importancia a este simbolismo, que es uno de los más importantes de la Tradición Primordial y que se constituye en el eje vertebrador de la realidad. Toda manifestación de la realidad tiene una estructura trinitaria. Hay tres tiempos pasado, presente y futuro, y solo cuando aparece el tres se pueden unir los opuestos.

Las doce llaves de la filosofía. Basilio Valentin. Museum hermeticum. Frankfurt 1678.

Ágape y metempsicosis.


Es importante notar que todo esto cobra un especial sentido si se tiene en cuenta el concepto de metempsicosis o de reencarnación, del que hablábamos al hacer referencia a Guénon, donde ahora, uno puede comprender cualitativamente mejor el sentido de la frase de Pitágoras (la versión moderna la pronunciaría Oscar Wilde con su famoso ya no soy tan joven como para saberlo todo).


Aunque esta reencarnación es más compleja de lo que parece, este hecho nos debe de llevar necesariamente a pensar e iniciarnos en qué debe de haber más allá de la muerte, en qué debe de existir, y en qué es "lo que muere cuando el cuerpo muere".

Ilustración de Gustav Doré para La Divina Comedia de Dante.

Obviamente, el cuerpo físico y material desaparece, pero qué es exactamente lo que ocurre con los estados más sutiles del Ser? Desaparecen? No desaparecen?


La respuesta a la pregunta es que partes sí y partes no. Y para comprenderlo, hay que ahora entrar en una de las partes más esenciales de la Filosofía Perenne y que más confundida tiene el hombre moderno: la tríada cuerpo, alma y espíritu.


Por que sí... Alma y espíritu NO SON una misma cosa, y va a resultar muy difícil comprender esta crisis si no tenemos claro esta (y otras diferencias clave que presentaré).


En la siguiente entrada ampliaré el porqué considero tan particularmente importante este hecho. Mientras tanto, les dejo esta interesante entrevista a Raimon Arola sobre el significado de la Tradición Revelada.


Valença Do Minho, Portugal, 29 de agosto de 2021.



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